Un recorrido por los sabores ancestrales que siguen sorprendiendo a los paladares modernos.
La historia de la repostería está marcada por ingredientes que han trascendido épocas y culturas. El azafrán, por ejemplo, fue un lujo reservado para la nobleza en la Edad Media, no solo por su sabor, sino también por el intenso color dorado que simbolizaba riqueza y poder. La miel, otro tesoro culinario, era la principal forma de endulzar postres antes de la llegada del azúcar a Europa, dando vida a delicias como los turrones y las galletas especiadas.
En Persia, los baklavas, elaborados con capas de masa filo, nueces y miel, eran considerados manjares dignos de los banquetes reales. Esta tradición se extendió al Mediterráneo, donde cada cultura adoptó su propia versión. En Italia, durante el Renacimiento, surgieron dulces icónicos como el panettone, que reflejan siglos de perfección y creatividad.
En el siglo XVI, Catalina de Médici llevó consigo a Francia no solo pasteleros italianos, sino también la influencia de la repostería renacentista, marcando el inicio de una tradición pastelera que sigue cautivando al mundo.
En God Save The Coffee, celebramos esta rica herencia con postres y productos que no solo son deliciosos, sino que cuentan historias. Porque cada ingrediente es un homenaje a la creatividad de las generaciones pasadas y una inspiración para disfrutar los placeres de hoy.