El Café en la Corte de los Reyes: Una Historia que Invita al Placer

El Café en la Corte de los Reyes: Una Historia que Invita al Placer

De una bebida exótica a un símbolo de refinamiento en los palacios europeos del siglo XVII.

   El café, ahora indispensable en la rutina diaria de millones, comenzó como un tesoro exótico reservado para las élites. Tras su descubrimiento en Etiopía y su expansión en Yemen, llegó a Europa en el siglo XVII, transformándose rápidamente en un símbolo de refinamiento y exclusividad.

   Uno de los momentos clave en la historia del café ocurrió en 1669, cuando Solimán Aga, embajador otomano en la corte de Luis XIV, presentó esta bebida en Versalles. El "Rey Sol", siempre en busca de lo novedoso, quedó fascinado por su aroma y sabor, y ordenó que se sirviera en los banquetes reales. Este gesto marcó el inicio de la relación del café con la realeza europea, convirtiéndolo  en un símbolo de sofisticación.

   En Austria, la llegada del café también tuvo tintes legendarios. Tras la Batalla de Viena en 1683, los vieneses descubrieron sacos de granos de café abandonados por los otomanos. Georg Franz Kolschitzky, un comerciante de origen polaco, utilizó estos granos para abrir la primera cafetería en Viena, dando origen a una tradición que sigue viva en los cafés vieneses, conocidos por su ambiente elegante y sus creaciones únicas, como el famoso café vienés con nata.

   En la corte de Inglaterra, el café también tuvo su momento de gloria. Se dice que Catalina de Braganza, esposa del rey Carlos II, fue una de las primeras grandes defensoras de esta bebida, introduciéndola en las reuniones de la alta sociedad junto con el té, marcando tendencias culturales que perduran hasta hoy.

  Hoy, cada taza de café no solo es una bebida, sino un tributo a la historia y el refinamiento que rodea este preciado líquido. En God Save The Coffee, honramos esta tradición con una selección de los cafés más exclusivos, para que cada sorbo sea un viaje al pasado lleno de lujo y sabor.

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