Una travesía histórica de siglos que convirtió una simple baya en un símbolo de refinamiento.
La leyenda cuenta que todo comenzó en Etiopía, alrededor del siglo IX, cuando un pastor llamado Kaldi observó que sus cabras parecían bailar de energía tras comer unas bayas rojas. Intrigado, Kaldi llevó estas bayas al monasterio más cercano. Allí, los monjes descubrieron que, al preparar una infusión, podían mantenerse despiertos durante sus largas oraciones nocturnas. Aunque la historia de Kaldi sigue siendo una leyenda, marcó el inicio de una fascinante relación entre la humanidad y el café.
El café emprendió un viaje por el mundo, cruzando el Mar Rojo hasta llegar a la península arábiga en el siglo XV. Yemen, particularmente la ciudad de Moca, se convirtió en el epicentro de esta bebida gracias a los sufíes, quienes lo utilizaban para mantenerse alertas durante sus meditaciones. Aquí también se perfeccionaron los métodos de cultivo y tostado.
En el siglo XVII, el café llegó a Europa, desembarcando primero en Venecia, donde los comerciantes otomanos lo introdujeron como un lujo exótico. Desde allí, su popularidad creció rápidamente, alcanzando las cortes reales. Uno de los eventos más destacados fue en 1669, cuando Solimán Aga, embajador del Imperio Otomano, presentó el café en la corte del Rey Luis XIV de Francia. Fascinado por esta bebida, el "Rey Sol" la convirtió en un símbolo de estatus, ordenando servirla en los banquetes reales.
En Viena, otra anécdota histórica destaca: tras la Batalla de Viena de 1683, los vieneses descubrieron sacos de café abandonados por las tropas otomanas. Georg Franz Kolschitzky, un comerciante y visionario, utilizó estos granos para abrir una de las primeras cafeterías de Europa. Incluso se le atribuye la invención del café vienés, al endulzar la bebida con miel y leche.
Hoy, cada vez que disfrutamos una taza de café gourmet, nos conectamos con una tradición milenaria que une culturas, continentes y generaciones. En God Save The Coffee, rendimos homenaje a este legado ofreciendo las variedades más exquisitas de café de especialidad que cuentan su propia historia.
¿Sabías que en 1777, Federico el Grande de Prusia prohibió el café, afirmando que el pueblo debería beber cerveza en su lugar? La medida, por suerte, no duró, pero el café ya había conquistado Europa.